Empecé pensando en los juguetes con los que juegan mis hijas y acabé valorando lo que pueden ver en la televisión.
Respecto a lo que pueden ver en la televisión, ya he realizado algunos actos de censura; les he prohibido ver series que entre las niñas de su edad (3-6), también están de moda como "Winx Club" o "Monster’s High", porque considero que son sexistas y que además esos personajes femeninos tienen rasgos que resaltan la sexualidad femenina con tendencia a idealizar el cuerpo de la mujer y a someterlo: tacones altísimos, maquillaje a reaudales, escotes y mini mini faldas, además con esos culos enormes, las cinturitas de avispa y los pechos de punta… Fomentar la esclavitud de la mujer por llegar al prototipo ideal de imagen femenina (vista principalmente desde el punto de vista masculino), no me parece un buen aprendizaje. En ese sentido, también me parecen asuntos serios para reflexionar y tomar decisiones.

A los padres nos toca asumir el papel de educadores, y no dejarnos llevar por la impresión inicial de que se trata únicamente de dibujos animados y por tanto son inofensivos. Nuestros hijos e hijas los ven con muchísima atención y van absorbiendo como esponjas (no intentes hablarles porque no te escuchan, ¡están hipnotizados!). A ciertas edades no están preparados para comprender las situaciones que se generan y para ellos forman parte de su realidad, a pesar de que poco a poco, ya empiezan a aprender a discernir qué pertenece a "fantasía". La concepción de género que inculcamos a nuestros hijos e hijas será determinante para sus relaciones con los demás, y en ese sentido hay que educar en el respeto, la igualdad y dejarse de superficialidades ostentosas como los últimos taconazos de moda, o la suma dependencia de las chicas hacia lo que piensan los demás o hacia que la acepte "el chico de sus sueños" que finalmente será lo único que la haga feliz y plena. Sé que son muchas cosas, y que a veces nos parece demasiado entrar a rascar en estos temas, pero si no lo hacemos nosotros, quién lo hará, ¿Disney Channel?, ¿Clan? Nosotros somos quienes tenemos que valorar esos contenidos y ver qué les aportan, así como decidir si resultan adecuados. A pesar de que los dibujos son mano de santo para robarles un ratito y que se queden en silencio los próximos 20 minutos, no puede serlo a cualquier precio. En estos momentos y por las mismas circunstancias, Barbie, la eterna muñeca, en mi casa, se encuentra en peligro de reclusión. Demasiados clichés en tan poco espacio con demasiada carga cultural que no me interesa para mis hijas. Podéis hacer una valoración vosotras mismas con el siguiente artículo publicado en El PAÍS consultable a través de la siguiente dirección http://blogs.elpais.com/mujeres/2013/04/pesadilla-en-rosa-sexismo-racismo-o-campa%C3%B1a-publicitaria.html .

Ni qué decir tiene que adoro los dibujos animados y tenemos en casa nuestra colección con títulos que, a pesar de haberlos vistos una veintena de veces, los seguimos disfrutando en familia. En esta colección están "Mi vecino Totoro", "Ponyo, la niña pez" y en general los de los Estudios Ghibli para esa franja de edad, y también "Kirikú", "Caillou", "Maisy", por supuesto "Peppa Pig" y otros de corte parecido. De Disney también tenemos películas de referencia como "Mary Poppins" o "Tiana y el sapo".

A los padres nos toca asumir el papel de educadores, y no dejarnos llevar por la impresión inicial de que se trata únicamente de dibujos animados y por tanto son inofensivos. Nuestros hijos e hijas los ven con muchísima atención y van absorbiendo como esponjas (no intentes hablarles porque no te escuchan, ¡están hipnotizados!). A ciertas edades no están preparados para comprender las situaciones que se generan y para ellos forman parte de su realidad, a pesar de que poco a poco, ya empiezan a aprender a discernir qué pertenece a "fantasía". La concepción de género que inculcamos a nuestros hijos e hijas será determinante para sus relaciones con los demás, y en ese sentido hay que educar en el respeto, la igualdad y dejarse de superficialidades ostentosas como los últimos taconazos de moda, o la suma dependencia de las chicas hacia lo que piensan los demás o hacia que la acepte "el chico de sus sueños" que finalmente será lo único que la haga feliz y plena. Sé que son muchas cosas, y que a veces nos parece demasiado entrar a rascar en estos temas, pero si no lo hacemos nosotros, quién lo hará, ¿Disney Channel?, ¿Clan? Nosotros somos quienes tenemos que valorar esos contenidos y ver qué les aportan, así como decidir si resultan adecuados. A pesar de que los dibujos son mano de santo para robarles un ratito y que se queden en silencio los próximos 20 minutos, no puede serlo a cualquier precio. En estos momentos y por las mismas circunstancias, Barbie, la eterna muñeca, en mi casa, se encuentra en peligro de reclusión. Demasiados clichés en tan poco espacio con demasiada carga cultural que no me interesa para mis hijas. Podéis hacer una valoración vosotras mismas con el siguiente artículo publicado en El PAÍS consultable a través de la siguiente dirección http://blogs.elpais.com/mujeres/2013/04/pesadilla-en-rosa-sexismo-racismo-o-campa%C3%B1a-publicitaria.html .

Ni qué decir tiene que adoro los dibujos animados y tenemos en casa nuestra colección con títulos que, a pesar de haberlos vistos una veintena de veces, los seguimos disfrutando en familia. En esta colección están "Mi vecino Totoro", "Ponyo, la niña pez" y en general los de los Estudios Ghibli para esa franja de edad, y también "Kirikú", "Caillou", "Maisy", por supuesto "Peppa Pig" y otros de corte parecido. De Disney también tenemos películas de referencia como "Mary Poppins" o "Tiana y el sapo".